Belcastel
Guía turística
A principio del siglo XX, sólo se podía acceder al pueblo de Belcastel por caminos difíciles. Por aquel entonces, todavía se podían ver los restos aún formidables de la fortaleza, encaramada sobre una roca escarpada que dominaba las casas pobres del pueblo.
En 1974, Fernand Pouillon, uno de los arquitectos más prominentes de su tiempo, compró el castillo en ruinas y emprendió sin demora su renovación. Gracias a la abnegación y buena voluntad activa de todos sus colaboradores y de los habitantes del pueblo, el castillo recobró su glorioso aspecto original. Esta iniciativa extraordinaria animó a los habitantes del pueblo a restaurar el resto del municipio, renovando las casas particulares y las instituciones colectivas.
Sin embargo, no se trata de un “pueblo museo”.
Artistas contemporáneos le han dado su crédito; es el caso de Casimir Ferrer, autor de un extraordinario Camino de Cruz expuesto en la iglesia, y todos los que participan en exposiciones temporales.
Gracias al conjunto de su población, Belcastel es hoy, verdaderamente, uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Castillo de Belcastel
Es, indiscutiblemente, uno de los castillos más hermosos del Aveyron, que domina el pueblo. El imponente edificio fundado en el siglo XI está compuesto por un torreón cuadrado y torres angulares.
Entraréis en el castillo por un puente levadizo y podréis admirar el trabajo de restauración del arquitecto Fernand Pouillon. Es a la vez un monumento histórico y una galería de arte que os espera durante vuestra visita. Exposiciones sobre el universo de la ilustración se pueden ver durante todo el año.
Museo de la fragua
Tres niveles de salas de exposición presentan los oficios antiguos. Herreros, fabricantes de zuecos, pescadores... Sólo son algunas de las técnicas artesanales antiguas que podréis descubrir en la antigua fragua. Una visita lúdica, ideal para hacer en familia.
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