Brousse-le-Château
Guía Turística

Un castillo de la Edad Media
Encaramado en un espolón rocoso, en la confluencia de los ríos Tarn y Alrance, la fortaleza fue construida en el siglo IX. Tras haber sido propiedad de los condes de Rodez y de la familia de los de Arpajon, fue comprado en 1839 por la municipalidad que lo transformó en casa parroquial.
De la Edad Media, ha conservado su recinto fortificado, su camino de ronda y sus cinco torres defensivas.
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Un pueblo revalorizado
Como la mayoría de las aldeas campesinas, Brousse sufrió una lenta decadencia durante los últimos años del siglo XIX, provocada por la concentración de las tierras y la modernización de las técnicas agrícolas.El patrimonio edificado hasta corrió peligro de desaparecer... Pero, poco después de 1960, la asociación de la Vallée de l’Amitié (el Valle de la Amistad), fundada por un grupo de personalidades comprometidas con la conservación de la vida rural y su adaptación a la evolución de nuestra sociedad, emprendió la restauración del castillo y de las casas del pueblo con el fin de dar una nueva vida a este precioso conjunto arquitectónico.


Su iglesia, su oratorio, sus casas con encanto y su puente de estilo románico hacen de este pueblo medieval un lugar de excepción.
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